Hace ahora un año, nuestro compañero Jesús escribió el siguiente texto, influenciado por la pérdida de nuestros compañeros. Refleja la dura realidad de cada día en que vivimos los enfermos de ela y el valor y empuje necesario para mantenerse en la lucha. Gracias Jesús por enriquecer nuestras vidas con tus sentimientos y hacer más fácil entender al mundo nuestra situación.
Queridos amigos:
El 30 de septiembre de 2010 11:39Lo primero de todo lo siento muchísimo Nuria y Nunu por la pérdida de Raúl y de Mercedes.
Desde el verano llevo atravesando un desierto árido, demasiados días grises seguidos, algo triste y a lo mejor la razón es que he tenido que hacer nuevas adaptaciones a la silla de ruedas y ahora conduzco con la cabeza, a lo mejor es que al meterme de nuevo en la piscina de mi casa este año ha sido muy complicado y cuando me cogían parecía un muñeco de trapo, a lo mejor … No hay ninguna razón evidente pero lo cierto es que andaba cabizbajo mirándome a mí mismo más de la cuenta. En aquella época Ana se fue y supuso como siempre que se va un compañero de batalla un golpe y que te obliga a parar un poco. Hace dos semanas mi Hermano me llevó a un retiro de la parroquia para que pudiera pensar, ordenar las ideas, escuchar el silencio … Y todo eso al lado de mi amigo Jesús.
Nuestra lucha con la enfermedad es una batalla muy desigual en la que el todopoderoso ejército de la ela se enfrenta a nosotros, que estamos solos y a pecho descubierto. Pero si este ejército imaginario tuviera un cuartel de mando me imagino a los generales diciendo: ¡la Madre que los pario si no paramos de atacarles con todo nuestro arsenal y los puñeteros se vuelven a levantar y avanzan!. Y es que esta enfermedad ha seleccionado a un grupo de personas que lucha a pesar de todas las dificultades, que se adapta día a día a todas las limitaciones y que sabe renunciar cuando llega la ocasión. Para mí es un honor compartir el puesto de batalla con tantos y tantos luchadores que me enseñan y me han enseñado a afrontar el chaparrón que diariamente tenemos que aguantar.
Como esto es una carrera de resistencia interpretó a mi verano como un flato que me ha dado, que es normal cuando uno se deja la piel en el campo de batalla, pero cuando estaba saliendo del bache llegó la noticia de la pérdida de Raúl y de Mercedes. Fue un golpe bajo, me dejó sin respiración y me hizo doblar la rodilla, agachando la cabeza, dejándome durante unos días tendido en el campo de batalla pensando, llorando … Porque estas cosas pasan cuando se te va un ser querido. Supongo que en el cuartel General de la ela que es el responsable de estas dos bajas estarán contentos primero por su efectividad y después por sembrar el desánimo en el enemigo.
Pero estamos acostumbrados a esto y ahora toca levantarse gritar en alto el nombre del compañero de batalla que se ha ido en homenaje a él y seguir hacia delante si cabe con más fuerzas. Me imagino a los listos del cuartel General: “ ¡están locos, vienen con más fuerza todavía a pesar de todo lo que le hacemos!”. Y es que esto es lo que nos han enseñado los que se fueron, que tenemos que seguir pase lo que pase con todas nuestras fuerzas.
Unas palabras también para nuestros ángeles, porque por muy fuertes que parezcamos en el campo de batalla no seríamos nadie sin ellos. Nunu, Núria, Jim, Pepe, Maricarmen … Son nuestros amigos, cómplices, cuidadores, animadores y no se entendería esta lucha sin ellos. Muchas gracias a todos por cuidarnos, querernos … Por estar siempre ahí.
Como decía Fran tenemos que tocar todos los botones posibles porque no sabemos cuál será el efectivo pero es parte de la batalla. Muchas gracias a todos los que habéis ido a Madrid. Todas las aportaciones, desde las grandes como esta hasta las pequeñas como tirarle una pequeña piedra a los del cuartel General sirven y este trabajo es el mejor homenaje que podemos hacer a los que ya no están.
Un abrazo a todos y ánimo